sábado, 30 de noviembre de 2013

LA TRILOGÍA "ANTES..."

Es maravilloso cuando los creadores de historias encuentran algún personajeque vale la pena retomar, aún cuando hayan pasado los años. Lo hizo Verne con su capitán Nemo, lo hizo Dumas con sus mosqueteros, y Chaplin viajó a través de su Charlot por sendas obra maestras.
Doy un ejemplo que me impresiónó en la niñez. En 1966, el director Claude Lelouch ofrecía "Un hombre y una mujer" (Un homme et una femme). Entiendo que es una una aceptable historia de amor que aún no he tenido la oportunidad de ver, pero de la que probablemente nunca habría oído si no fuera porque, en los años ochenta, me encontré con una buena propuesta romántica llamada "Un hombre y una mujer, 20 años después" que , para mi cinéfila adolescencia, estuvo bastante bien. Dirigida por el mismo Lelouch, con los mismos actores que hicieron la del 66.


Lo traigo a colación porque me parecería rarísimo que no existiera alguna influencia de Lelouch en el realizador Richard Linklater, cuando hizo su filme "Antes del Amanecer" (Before Sunrise, 1995).



Antes del Amanecer es, indudablemente, una película atípica. La dirección fresca y segura de Linklater, con un guión  que puso al servicio de dos actores jóvenes de primera categoría; el estadounidense Ethan Hawke y la francesa Julie Delpy. La acción de la película transcurre en Viena. Los jóvenes se conocen de casualidad en un tren. pasan la noche deambulando por la ciudad a sabiendas que el próximo tren a tomar los separará. Pero ello no les impide empaparse uno del otro y darse cuenta de esa maravillosa revelación que muchos hemos tenido al conocer a esa persona: "aquí hay algo". El pacto que sellan con un beso: verse ahí mismo en unos meses, guardando la esperanza de que las pocas horas pasadas juntos son un inicio, y de que el otro se presentará. la belleza del filme es alimentado por las hermosas calles europeas, los diálogos exuberantes e inteligentes de los dos protagonistas (advertidos: la película son ellos dos, caminando y hablando), y del hecho de que su desenvolvimiento resulta  familiar para casi cualquier espectador que se haya enamorado en una noche. 

En el año 2004, Linklater vuelve a dirigir a Hawke y a Delpý en una segunda parte portentosa: "Antes del Atardecer" (Before Sunset), con guión esta vez coescrito entre los tres. La historia romántica que pasó nueve años atrás no tuvo el final feliz que todos querían, ella no llegó a la cita pactada, él escribió un libro sobre su experiencia que lo hizo famoso. En una presentación de su novela en Paris, ella aparece sorpresivamente, y deciden pasar el resto del día juntos, contándose qué ha pasado con sus vidas, amores y desamores, Saben que él debe tomar un avión al aterdecer. Y otra vez, el espectador tiene la oportunidad de contemplar a dos personas, ya más maduras y vividas, esgrimiendo diálogos hermosos, inteligentes, y sutilmente contenidos por la circunstancia de sus personajes. Y para nosotros es claro. El algo está ahí, silencioso, innegable.

Y es en este año, 2013, que Linklater repite dirección y hace de nuevo equipo de guión con Hawke y Delpý, para el tercer capítulo, "Antes de Medianoche" (Before Midnight). Esta vez, Linklater retoma las mismas estrategias narrativas, pero ubicándo a los personajes en Grecia en un impasse con amigos. Ahora él tiene cuarenta y uno, ella treinta y seis, llevan juntos varios años y son padres. Y aquí viene lo osado, lo más maravilloso de la trilogía: su romance no es perfecto. Viven en carne propia las mismas miserias  que afectan a la mayoría de los matrimonios maduros: la factura de los errores del pasado, los roces con las familias de origen, los egoismos, las descalificaciones... una posible infidelidad. En esta entrega se dan diálogos fuertes y escenas más explícitas sexualmente, pero en un contexto en que la intimidad es derrotada  por las situaciones más rutinarias y los conflictos más pueriles, y sabemos que- paradójicamente- el erotismo fue más intenso en otras escenas, en otras entregas, con la ropa puesta y sin necesidad siquiera de tocarse. Aquí estamos ante un reto emocional para el espectador: ¿podrá el amor , ese algo, levantarlos de su tristeza? Quizá, el logro de esta entrega- que esperemos no sea la última- es que , en vez de darnos las respuestas que queremos, nos plantea las preguntas adecuadas. Busquen estos filmes, veanlos con algunos días de diferencia uno del otro. Arrímense a un cine diferente de romance. Y  de verdad, pidamos que el trío de Linklater-Hawke- Delpy- se anime en uno años a continuar lo que empezaron en 1995, con dos muchachos que se conocieron por casualidad en un tren.