Es algo que ocurre a menudo. Estamos viendo un
filme, y presentan a un personaje con alguna condición clínica extraña. O un
procedimiento quirúrgico o terapéutico. O en resumidas cuentas, algo
relacionado con la Medicina. Y me resulta harto interesante. Me explico.
Vean “Todo o nada: el Full Monty” (The Full
Monty, de Peter Cattaneo, 1997). Uno de los desempleados intenta instruir a los
otros sobre el verdadero espíritu del baile. Les pone Flashdance. Y como buenos
obreros del acero se quedan desconcertados: no pueden creer lo mal que la
protagonista trabaja con los metales y los instrumentos de fundición. Y se
ponen a criticar el filme por eso.
A muchos médicos nos pasa lo mismo (soy médico
cirujano, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria). Supongo que a otros profesionales (abogados viendo un drama judicial, por ejemplo) les pasa algo similar
Al ver elementos de
procedimientos , cirugías, enfermedades o intervenciones terapéuticas, planteados como se hace, nos asombra
a menudo lo desinformados que se encuentran los realizadores de “X” película al
tratar asuntos médicos, patológicos o
terapéuticos en general. En otras ocasiones, disfrutamos mucho de la exposición
de algunas patologías en la gran pantalla, por ridícula , o bien por exacta y rigurosamente documentada. En
otras, les cuento, nos indignamos horrorosamente. Por lo pronto, les propongo
algunos hechos, falsedades y curiosidades sobre el cine y la Medicina. Esto es
algo que mi amigo Beto me había propuesto hace algún tiempo. Para vos,
ché.
1- Indiana Jones padece de ofidiofobia, que es
una de las fobias más frecuentes que existen: miedo a las serpientes.Empíricamente hace parte del tratamiento de cualquier fobia: se expone gradualmente al elemento que le provoca la ansiedad. Aunque sospecho que lo hace porque no le queda otra.
2- El uso de ondas microonda en “Batman Inicia” (Batman Begins, de Christopher Nolan, 2005) para evaporizar el agua
de la Ciudad, debe-por razones argumentales) ignorar el hecho de que el cuerpo
humano se compone en un 75% de agua. Todos habríamos hervido como sopa.
3-Si
Kristen Stewart realmente tenía una hipoglicemia en "El Cuarto del Pánico" (The Panic Room, de David Fincher, 2002), la insulina que con tanta
desesperación buscaba Jodie Foster para aplicarle la hubiera terminado de matar,
ya que el efecto de la insulina es, precisamente, disminuir los niveles de
glucosa sanguínea (que a niveles extremos es, adivinaron, una hipoglicemia).
4- Es estrambóticamente raro que un diabético
estable, hidratado y que no ha comido gran cosa, esté a punto de morirse porque
se retrasa unas cuantas horas en la aplicación de la insulina, como insisten
con el mejor amigo de Nicolas Cage en “Con Air” (de Les Wiseman, 1997).
5-Stanley Kubrick es famoso, entre otras cosas,
por la rigurosidad con la que establecía el proceso de filmación de las
películas que dirigía. Afortunadamente, el masaje cardiaco que se le hace a un
soldado en “Nacido para Matar” (Full Metal Jacket, 1986) es todo lo que ustedes
quieran, menos técnicamente bien realizado. De haberse empecinado en que se
hiciera con la técnica adecuada hubiera
puesto en riesgo la vida del actor, ya que este masaje es una medida extrema
con varios riesgos que se tienen que
correr con tal de tratar de salvar una vida. Entre las complicaciones más
conocidas están la fractura de costillas y la perforación gástrica.
6- El “manicomio” (del griego “manía”, locura,
y “komion” ,lugar; es decir, “lugar para locos”) tiene una amplia presencia en
el cine, al punto de que su frecuente ambientación infernal ha calado tan hondo
en la psique colectiva, que la mayoría de las personas creen que los hospitales
psiquiátricos son como pintan en “Atrapado sin Salida” (One Flew over the Cuckoo´s
Nest, de Milos Forman, 1975), cosa muy , pero muy alejada de la realidad.
7-Calculando a ojo la distancia de la explosión
de la bomba atómica en Nagasaki mostrada en “Wolverine: Inmortal” (The
Wolverine, de James Mangold, 2013), el soldado japonés habría muerto poco
tiempo después por los efectos de la radiación.
8- Igual de ridícula la salvación que tuvo
Indiana Jones ante una prueba nuclear metiéndose a un refrigerador (Indiana
Jones and The Kingdom of the Cristal Skull, de Steven Spielberg, 2008)
9- La prestigiosa Universidad de Salamanca
cuenta, entre sus muchas publicaciones, con una revista dedicada a la discusión
del cine y su relación, con la Medicina. No bromeo. Textualmente es una “ publicación que
analiza los contenidos biosanitarios del cine con fines educativos,
discursivos, de mentalización y divulgación”. Aquí está el link:
10- Si dejamos a un lado el
desenlace de “Amor”, (Amour, de Michael
Haneke, 2012) este filme es una de las adaptaciones más rigurosamente exactas
sobre la realidad que sufren muchos ancianos con Síndrome de Inmovilización y
deterioro cognitivo, amén del drama y frustración que viven muchos de sus
familiares. Al otro lado del espectro y ya en el contexto de un cuento de
hadas, el que un anciano se levante de la cama después de 10 o veinte años de
no hacerlo y se ponga a bailar es
fisiológicamente imposible, tal como lo muestran en “Willy Wonka y la fábrica
de Chocolates” (Willy Wonka and the
Chocolate Factory, de Mel Stuart, 1971).
En una publicación futura
continuaremos con más.
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