domingo, 8 de septiembre de 2013

Hechos médicos en el cine

Es algo que ocurre a menudo. Estamos viendo un filme, y presentan a un personaje con alguna condición clínica extraña. O un procedimiento quirúrgico o terapéutico. O en resumidas cuentas, algo relacionado con la Medicina. Y me resulta harto interesante. Me explico.
Vean “Todo o nada: el Full Monty” (The Full Monty, de Peter Cattaneo, 1997). Uno de los desempleados intenta instruir a los otros sobre el verdadero espíritu del baile. Les pone Flashdance. Y como buenos obreros del acero se quedan desconcertados: no pueden creer lo mal que la protagonista trabaja con los metales y los instrumentos de fundición. Y se ponen a criticar el filme por eso.
A muchos médicos nos pasa lo mismo (soy médico cirujano, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria). Supongo que a otros profesionales (abogados viendo un drama judicial, por ejemplo) les pasa algo similar
Al ver elementos de procedimientos , cirugías, enfermedades o intervenciones terapéuticas, planteados como se hace, nos asombra a menudo lo desinformados que se encuentran los realizadores de “X” película al tratar asuntos médicos, patológicos  o terapéuticos en general. En otras ocasiones, disfrutamos mucho de la exposición de algunas patologías en la gran pantalla, por ridícula , o bien por exacta y rigurosamente documentada. En otras, les cuento, nos indignamos horrorosamente. Por lo pronto, les propongo algunos hechos, falsedades y curiosidades sobre el cine y la Medicina. Esto es algo que mi amigo Beto me había propuesto hace algún tiempo. Para vos, ché.


1- Indiana Jones padece de ofidiofobia, que es una de las fobias más frecuentes que existen: miedo a las serpientes.Empíricamente hace parte del tratamiento de cualquier fobia: se expone gradualmente al elemento que le provoca la ansiedad. Aunque sospecho que lo hace porque no le queda otra. 
2- El uso de ondas microonda en “Batman Inicia” (Batman Begins, de Christopher Nolan, 2005) para evaporizar el agua de la Ciudad, debe-por razones argumentales) ignorar el hecho de que el cuerpo humano se compone en un 75% de agua. Todos habríamos hervido como sopa.

3-Si  Kristen Stewart realmente tenía una hipoglicemia en "El Cuarto del Pánico" (The Panic Room, de David Fincher, 2002), la insulina que con tanta desesperación buscaba Jodie Foster para aplicarle la hubiera terminado de matar, ya que el efecto de la insulina es, precisamente, disminuir los niveles de glucosa sanguínea (que a niveles extremos es, adivinaron, una hipoglicemia).
4- Es estrambóticamente raro que un diabético estable, hidratado y que no ha comido gran cosa, esté a punto de morirse porque se retrasa unas cuantas horas en la aplicación de la insulina, como insisten con el mejor amigo de Nicolas Cage en “Con Air” (de Les Wiseman, 1997).


5-Stanley Kubrick es famoso, entre otras cosas, por la rigurosidad con la que establecía el proceso de filmación de las películas que dirigía. Afortunadamente, el masaje cardiaco que se le hace a un soldado en “Nacido para Matar” (Full Metal Jacket, 1986) es todo lo que ustedes quieran, menos técnicamente bien realizado. De haberse empecinado en que se hiciera con la técnica adecuada  hubiera puesto en riesgo la vida del actor, ya que este masaje es una medida extrema con  varios riesgos que se tienen que correr con tal de tratar de salvar una vida. Entre las complicaciones más conocidas están la fractura de costillas y la perforación gástrica.
6- El “manicomio” (del griego “manía”, locura, y “komion” ,lugar; es decir, “lugar para locos”) tiene una amplia presencia en el cine, al punto de que su frecuente ambientación infernal ha calado tan hondo en la psique colectiva, que la mayoría de las personas creen que los hospitales psiquiátricos son como pintan en “Atrapado sin Salida” (One Flew over the Cuckoo´s Nest, de Milos Forman, 1975), cosa muy , pero muy alejada de la realidad.

7-Calculando a ojo la distancia de la explosión de la bomba atómica en Nagasaki mostrada en “Wolverine: Inmortal” (The Wolverine, de James Mangold, 2013), el soldado japonés habría muerto poco tiempo después por los efectos de la radiación.
8- Igual de ridícula la salvación que tuvo Indiana Jones ante una prueba nuclear metiéndose a un refrigerador (Indiana Jones and The Kingdom of the Cristal Skull, de Steven Spielberg, 2008)
9- La prestigiosa Universidad de Salamanca cuenta, entre sus muchas publicaciones, con una revista dedicada a la discusión del cine y su relación, con la Medicina. No bromeo. Textualmente es una “ publicación que analiza los contenidos biosanitarios del cine con fines educativos, discursivos, de mentalización y divulgación”. Aquí está el link:



10- Si dejamos a un lado el desenlace de “Amor”, (Amour, de Michael  Haneke, 2012) este filme es una de las adaptaciones más rigurosamente exactas sobre la realidad que sufren muchos ancianos con Síndrome de Inmovilización y deterioro cognitivo, amén del drama y frustración que viven muchos de sus familiares. Al otro lado del espectro y ya en el contexto de un cuento de hadas, el que un anciano se levante de la cama después de 10 o veinte años de no hacerlo y se ponga a bailar es fisiológicamente imposible, tal como lo muestran en “Willy Wonka y la fábrica de Chocolates”  (Willy Wonka and the Chocolate Factory, de Mel Stuart, 1971).

En una publicación futura continuaremos con más.  

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